sábado, 17 de enero de 2009

LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
¿MUJERES AL PODER?
Ha sido aspiración generalizada de los últimos tiempos la equidad de género que conlleva, entre otras cosas, la igualdad de oportunidades en la vida política. Equidad de condiciones para acceder a cargos de dirigencia en los partidos; a las candidaturas a cargos de elección popular municipales, de la entidad federativa o federales y a los cargos de la administración pública. Y es que la lógica manda que así sea. Las mujeres representan ya más de la mitad de la población y su participación es decisiva a la hora de dar vida a la democracia electoral. Ellas son las que más votan, pues. Con ello de muestran que cumplen con más responsabilidad sus obligaciones cívicas, que son mejores ciudadanas que los hombres. Y suponiendo, sin conceder, que la igualdad de condiciones exista para las mujeres en la lucha política, la voluntad de los poderosos en turno o los famosos “candados” dentro de los partidos políticos hacen posible que solo una élite de mujeres que están –alguien dijo- “a un paso de la hombría” escalen alturas insospechadas dentro de esta guerra sin sangre. Ello ante la complacencia de los hombres, pero –hay que decirlo- también de las mujeres, que no han sabido defender sus aspiraciones. ¿Estarán con ello dando razón a Octavio Paz, cuando escribió que los hombres tienen ideales y las mujeres solo ilusiones? La última muestra de esto se dio en la XX asamblea nacional del PRI, que es el partido en que, sin duda alguna, las mujeres más participan. Con más del 50% de mujeres en la asamblea en que se aprobarían sus nuevos documentos básicos, ni Beatriz Paredes, ni nadie fue capaz de defender la integridad del proyecto inicial: que para cargos de dirigencia partidaria y de elección popular, el PRI no postulara más de un 50% de candidatos de un mismo sexo, como el común del priísmo cree. Para el proceso electoral de este año, sin contravenir su norma interna, el PRI podría postular al 100% de candidatos varones. Así lo autoriza el artículo 42 de sus estatutos: “En los procesos electorales federales y estatales que se rigen por el principio de mayoría relativa, el partido impulsará, en términos de equidad, que no se postule una proporción mayor del 50 % de candidatos propietarios de un mismo sexo, SALVO EL CASO EN QUE SEA CONSULTADA LA MILITANCIA”. Y es que el PRI se ha dado estatutariamente dos procedimientos para la postulación de candidatos: la elección directa y la convención de delegados. Si el elegido es el primero, la paridad perdería su garantía. Otro factor juega también en contra de las féminas priístas en Oaxaca este año: al ser federal el proceso, la selección de candidatos es competencia del Comité Ejecutivo Nacional, de modo que en la integración de las listas, la paridad tendría que ser en todo caso nacional, no por estado. Por eso, la angustia y hasta morbo que ha despertado la sola inclusión de una mujer en las (pre) precandidaturas en la figura de Sofía Castro, está de más. Lo mismo que las especulaciones a raíz de la renuncia de Elizabeth Hernández y su raigambre en el distrito de Tlaxiaco.
Los legisladores representan más sus partidos que a los electores de sus distritos, por ello algo que podría arreglarse desde el COFIPE no se ha arreglado. Con tibieza los legisladores establecieron así la obligación de los partidos en la máxima ley electoral del país: “Arti. 38. Son obligaciones de los partidos políticos nacionales: … s) Garantizar la equidad y PROCURAR la paridad de los géneros en sus órganos de dirección y en las candidaturas a cargos de elección popular”. Y está por demás decir que hay mujeres diputadas federales que seguramente consintieron que la redacción del artículo así quedara. De los demás partidos mejor no hablamos. El de las mujeres nos es, siquiera, tema de debate. Vistas así las cosas y sumada la gran cantidad de distractores que sobre todo las mujeres jóvenes tienen hoy en día, parece aún lejano el día en que pueda hacerse patente lo que muchas veces se ha dicho en los concursos de oratoria: “Para los hombres todos los derechos, ni uno más; para las mujeres todos los derechos, ni uno menos.”
moisesmolinar@hotmail.com