domingo, 13 de marzo de 2011

LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
UGARTECHEA Y LAS AGENCIAS MUNICIPALES
Hoy domingo, se estará realizando un ejercicio más de nuestra democracia representativa. El municipio de Oaxaca de Juárez, la capital del estado, estará eligiendo a sus agentes municipales.
Será una jornada cívica no menor, en que decenas de miles de habitantes elegirán a su representante. Jurídicamente, los agentes municipales son autoridades auxiliares, pero en la práctica social y política representan mucho más que eso.
Siempre que se habla de democracia representativa se concede, en sus procesos, un sitio de preferencia a la figura del presidente municipal; se dice que es la autoridad más cercana a los habitantes y nuestros políticos se llenan la boca con el bagaje que el artículo 115 constitucional aporta, soslayándose el papel de los agentes municipales hasta el punto de hacerlos inexistentes públicamente.
La inmensa mayoría de los municipios de Oaxaca, por no decir la totalidad tienen agencias; núcleos de población que por su magnitud territorial y per cápita, ameritan ser dirigidos política y administrativamente por una autoridad electa por los propios pobladores, ya sea de acuerdo a normas de derecho positivo, ya sea por reglas de derecho consuetudinario: usos y costumbres, pues.
En la actual coyuntura, el agente municipal está llamado a ser más que una mera autoridad auxiliar, para convertirse en un auténtico administrador y operador político que tenga siempre, como centro de sus decisiones el mayor beneficio posible para el mayor número de miembros de su demarcación.
Existen, sin embargo, serias inconsistencias que los legisladores debían analizar para encontrar soluciones que hagan más “democráticos” estos procesos. El de mayor relevancia, es el referido a la organización misma de la elección del agente que, a la fecha, sigue estando a cargo del ayuntamiento, cuyo cabildo, en el caso de Oaxaca de Juárez, llegó al poder bajo las siglas de partidos o coaliciones con las correspondientes filias y fobias a la vista de todos.
¿Cómo es posible que un órgano constitucional partidizado diseñe y conduzca procesos de elección que prohíben la participación de partidos políticos? Es una contradicción “in re”. Son, el secretario municipal y el regidor de agencias y colonias, los encargados de “operar” la elección a través de una comisión que, hasta donde se sabe, integran también representantes de las fracciones partidistas en el cabildo.
Los ciudadanos de las agencias que compiten en planillas para alcanzar el triunfo no se pueden abstraer de sus preferencias y antipatías personales a la hora de hacer campaña. Por ello es un secreto a voces que los partidos políticos son omnipresentes en estas “fiestas cívicas”. Nadie medianamente informado es ajeno a la práctica de los presidentes municipales de “poner” a sus candidatos y por ello, previo a la campaña de nueve días, “sueltan” a sus operadores para hacer trabajo de campo y de ingeniería electoral buscando sacar ventaja. No hay como un agente municipal dócil y fiel a las voluntades del señor presidente. En esta labor de operación político electoral. Sin embargo, se exhibe sensiblemente falta de oficio y de pericia; el desaseo habrá de tener un costo.
Priístas (que no el PRI) institucionalizaron esta práctica y hoy los coaligados la hacen suya. Solo han cambiado los rostros; las prácticas siguen intactas en abono al gatopardismo: cambiar para seguir igual.
Pero en la actual elección de agentes de la capital hay un detalle. Los priístas están en la indefensión total ante la inoperancia de un comité directivo estatal, aún en funciones, que se ha mostrado insensible al reclamo que se vuelve súplica de quienes en elecciones constitucionales a presidente municipal, diputados, gobernador, senadores y presidente de la república, han gastado tiempo, dinero y esfuerzo para entregar las mejores cuentas posibles al tricolor, y hoy buscan legítimamente ganar el terruño que habitan; en el que duermen y se despiertan: la agencia municipal. Tal parece, “se tendrán que rascar con sus propias uñas”.
Para muestra dos botones:
En Candiani, hasta el día jueves cundía la zozobra entre un significativo número de habitantes ante la decisión unilateral y arbitraria de Luis Ugartechea, a través de su regidor de agencias y colonias, de instalar tres casillas fuera de los límites territoriales de dicha agencia; y en San Juan Chapultepec la sospecha de una alianza en pequeña escala y de último momento entre los candidato simpatizantes con los partidos de la coalición que llevó a Ugartechea Begué al palacio municipal y, por si fuera poco, una estratagema intimidatoria que busca a través de beligerantes grupos pagados, inhibir la participación libre de la ciudadanía en la jornada de hoy.
Sin lugar a dudas las agencias restantes tendrán el mismo sello que desafortunadamente marca la pauta de conducción política de nuestro ayuntamiento.
Ello alimenta la gran paradoja en la que viviremos por quién sabe cuánto tiempo los oaxaqueños: LOS ALIANCISTAS NO HAN APRENDIDO A SER GOBIERNO Y EL PRI NO HA APRENDIDO A SER OPOSICIÓN.
moisesmolinar@hotmail.com