viernes, 27 de julio de 2012

¿QUÉ ESTÁ FALLANDO EN OAXACA?

LA X EN LA FRENTE

Moisés MOLINA

¿QUÉ ESTÁ FALLANDO EN OAXACA?


“La ley es dura
Pero es la ley”
H. Kelsen


¿Son los ciudadanos oaxaqueños estoicos o dejados? ¿Renuentes al conflicto o complacientes con la ilegalidad? ¿Comprensivos de su gobierno o resignados a vivir en un estado de derecho reducido? ¿Partidarios del ejercicio de la política para dirimir conflictos o consientes de la aplicación imperfecta de las leyes? Sin duda hay de todo, pero el oaxaqueño ajeno a los roles gremiales, de partido o de gobierno siente un profundo malestar cuando sus intereses cotidianos de trabajo, estudio, esparcimiento y domésticos son afectados directa o indirectamente por la política.


Pocos derechos conculcados concitan tanto malestar y repudio como el de libre tránsito limitado en específico por otro que también tiene grado de garantía constitucional: el derecho subjetivo público que los habitantes tienen de libre reunión. Cuando dos derechos de la misma jerarquía constitucional se contraponen en la cotidianeidad sucede lo que esta semana hemos padecido con normalistas y taxistas.


La primera reacción es la impotencia seguida de la búsqueda de culpables que indefectiblemente desboca en una amenaza a la cohesión social cuya manutención en cierto gado, es uno de los fines mediatos y específicos de la política. Los Oaxaqueños sabemos que desde hace tiempo la ley ya no es dura, aunque sea ley.
Vallés define a la política como la “práctica o actividad colectiva que los miembros de una comunidad llevan a cabo … con la finalidad de regular conflictos entre grupos y cuyo resultado es la adopción de decisiones que obligan –por la fuerza si es preciso- a los miembros de la comunidad.”.


Los derechos de unos terminan donde comienzan los derechos de otros y el derecho de abrumadora mayoría de transitar libremente (sin limitaciones de forma, espacio o tiempo) no puede ni debe sacrificarse a favor del derecho que grupos minoritarios tienen de reunirse libremente.

Hay quien comentó en mi muro de Facebook que no se necesitan más leyes, que bastaría con que se apliquen las existentes. Considero, sin embargo, que para tener lo más claras posibles las reglas del juego en democracia y ante la tentación convertida en acciones por algunos, de tomar justicia por propia mano ejerciendo violencia para reclamar su derecho, es urgente una ley reglamentaria del artículo 19 de nuestra constitución local, referido a la libertad para manifestarse.


Los vecinos de la colonia Linda Vista que desbloquearon unos instantes la zona del monumento a la madre, miembros del FPR haciendo lo propio en inmediaciones del periférico, traileros dispuestos a prender fuego a los vehículos y pasarles “por encima”, turistas descendidos de sus autobuses para mover entre varios un taxi que les impedía pasar y ciudadanos convertidos en agentes de tránsito en el crucero de San Jacinto Amilpas ante la huida de los uniformados nos hacen preguntar ¿Qué está pasando en Oaxaca? ¿Por qué en temporada de nuestra máxima fiesta turística? ¿Por qué si sabemos que nuestro principal ingreso como estado es el turismo? ¿Por qué una demanda al gobierno, tiene que hacer de la vida de quienes nada tienen que ver, el infierno por un día?


Mucha sin razón por donde se le vea porque simple y sencillamente en Oaxaca no se está haciendo POLÍTICA. Ni los grupos de presión, ni el gobierno, ni los partidos. Los manifestantes organizados, ciegos e insensibles a la realidad de miles y a la economía del propio estado en el que también viven; el gobierno sin la voluntad ni la disposición de afrontar un eventual costo político empleando el uso legítimo de la fuerza pública y los partidos políticos, confinados en la cámara de diputados que han convertido en su único Oaxaca, cuando sus legisladores les hacen caso.


¿Y La ciudadanía? Esa siempre aguanta, esa puede esperar, a esa mañana se le olvida. Y en efecto –amable lector- el ciudadano es tolerante, hasta excesos criticados. Incapaces y apáticos para organizarse de manera seria y más o menos duradera, a algunos se les ha ido parte de la vida dando votos de castigo; se han resignado a que no sirva de nada. A diferencia de lo que ocurre en el país, en Oaxaca nuestra constitución en la última fracción de su artículo 50 autoriza a los ciudadanos a proponer iniciativas de ley al congreso del estado, que reforzadas con medios institucionales y públicamente eficaces de presión social evitarían que se vayan a la congeladora y obligarían a los legisladores, al menos a discutirlas.


La única solución que yo veo a corto plazo es la presión social a los partidos políticos para postular candidatos de peso completo que con su formación e historia de vida devuelvan la esperanza a los votantes y estén dispuestos a hacer el trabajo de interlocución que muchos políticos tradicionales ya no quieren hacer. Los votantes necesitan opciones encarnadas que conozcan y apliquen la declaración de principios y el programa de acción del partido que los postule. Nunca que yo sepa, al menos en el caso del PRI que conozco, se han hecho exámenes de acreditación de documentos básicos a pre candidatos, que exigen los estatutos y las respectivas convocatorias para poder postularse.


Cuando las candidaturas en todos los partidos dejen de verse como premios que, incluso, se pueden comprar y se asuman por los propios partidos como una alta responsabilidad, las cosas empezarán a cambiar. Los ciudadanos merecen nuevas expectativas y opciones completas, íntegras a la hora de entregar su voto. Así no solo se reducirá el abstencionismo, también se tendrá garantía de que quien resulte electo responderá por su partido, por sus principios y programa, que no por sus líderes o padrinos.


moisesmolinar@hotmail.com

@MoisesMolina

lunes, 23 de julio de 2012

CAMBIOS EN EL PRI ¿CUÁL ES LA PRISA?

LA X EN LA FRENTE

Moisés MOLINA

CAMBIOS EN EL PRI ¿CUÁL ES LA PRISA?


“La ausencia de política –en condiciones de desigualdad-
Permitirá jugar con ventaja a los grupos que ocupan
Las posiciones más favorbles”
J M Vallés


Con el paso de los días, las cosas para el PRI oaxaqueño parecen irse clarificando en el delineamiento de su rumbo, al menos en la opinión publicada que, con más o con menos credibilidad y dignidad de confianza da luces, aporta elementos, sugiere fundamentadas alternativas o comenta lo aprehendido de primera mano.


Lo interesante es que los priístas ya no van a ciegas, ni en obediencia catatónica. La reflexión ha llegado -esperemos que para quedarse- y a más de ello, se comparte y se discute dentro de límites aceptables de civilidad y respeto. No todos los pareceres son acertados, pero tampoco todos errados. Sofismas aún circulan, así como verdades encubiertas y tendenciosas; pero las posiciones son claras: cambio o manutención; progresismo o conservadurismo; refundación o conmutación.


Todo parece indicar que será hasta la segunda semana de septiembre, una vez calificada la elección presidencial, cuando el proceso interno para elegir nueva dirigencia comience formal y públicamente. Contrario a lo que -incluso en medios- se ha dicho, sí urge.


El proceso electora local lo tenemos encima y el PRI viene de una aplastante derrota viendo los resultados finales: una de once diputaciones por la vía de mayoría y un solo escaño de primera minoría que se ganó perdiendo. Quienes han llamado a la calma preguntando ¿por qué la prisa? pretenden administrar la derrota, viendo por sí mismos y no por la institución. La parsimonia traerá solo más de lo mismo y el cambio obtenido será al final solo un reacomodo negociado; parte de la normalidad de la nueva oposición en Oaxaca.


Todo parte de certezas mínimas que deben tener los priístas.


1.- A Enrique Peña Nieto le interesa el rescate del PRI de Oaxaca tanto o más que los de otros estados donde el PRI es oposición. El nuevo escenario de repudio construido en buena medida artificialmente por el obradorismo requiere de voces de respaldo al proyecto de gobierno del nuevo presidente en todos los rincones del país y que mejor que los militantes priístas y ciudadanos convencidos de que el PRI es diferente.


2.- Una de las ofertas del mismo Peña fue un nuevo PRI, cuya percepción no debe “bajar” sino construirse desde los comités municipales y seccionales (hasta donde se pueda) en los estados. La única motivación de peso para los priístas que no se han ido, es la solidaridad de su presidente de la república.


3.- En la estrategia del mexiquense no caben posturas irreconciliables como la de los ex gobernadores. Es altamente probable que si decide premiar derrotas conceda algunos espacios de gobierno federal y responsabilidades partidarias a oaxaqueños confrontados, siempre que los acepten fuera del territorio oaxaqueño.


4.- Como máxima autoridad de facto del priísmo de México no aceptará presiones de ningún tipo y sus operadores en Oaxaca no son oaxaqueños inmersos en la dinámica priísta local.


5.- Primero pedirá las reglas y después los nombres. Todo pasará por su escritorio aunque de la forma más resumida comenzando por quienes integren la Comisión Estatal de Procesos Internos que no escapará al criterio refundador.


6.- Quienes quieran ser dirigentes habrán, con sus cualidades personales, de garantizar la aceptación, la unidad, la interlocución y el papel del PRI como verdadera oposición.


Los militantes deben, en tanto, hacer política partidista: discutir pública y abiertamente su pensar y su sentir; involucrarse en la toma de la más importante de nuestras decisiones en los últimos tiempos; asumir individualmente su importancia dentro del proceso y defender sus derechos como militante, estatutariamente reconocidos.


No existe disposición legal alguna que impida el cambio de dirigencia en proceso electoral como algunos lo han hecho creer ni argumento válido para aplazar nuestro proceso interno. La defensa jurídica del triunfo de Peña Nieto está en las mejores manos, en su equipo cercano. Aquí la mejor forma de ayudarle es generando las condiciones de libertad, participación responsable, compromiso partidista, tolerancia y respeto para construir entre todos un proceso interno digno del partido que todos queremos y que Oaxaca necesita: un nuevo PRI.


@MoisesMolina

moisesmolinar@hotmail.com