martes, 13 de septiembre de 2011

DEMOCRACIA INTERNA: UN ABSURDO.

LA X EN LA FRENTE

Moisés Molina

DEMOCRACIA INTERNA: UN ABSURDO

Un fingido triunfalismo asoma desde las oficinas priístas de Santa Rosa. Saben que el dictamen emitido desde la Comisión Nacional de Procesos internos del tricolor que preside el Senador Pedro Joaquín Coldwell, respecto de la única planilla de candidatos a Consejeros Políticos Nacionales indebidamente registrada desde el órgano auxiliar en Oaxaca tiene bases endebles. En cualquier momento el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación podría echarlo abajo. Hay bases de sobra y el expediente SUP-JDC-4996-2011 puede consultarse en la página de internet del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Fundamentalmente violaciones al procedimiento y flagrantes violaciones a las bases de la convocatoria expedida para el proceso electivo respecto de los requisitos para ser consejero que, en más de un caso no se cumplieron y que se acreditarían sin mayor problema.
Lo que inició en noviembre de 2010 como un frente disidente minimizado, por no decir ninguneado; satirizado por la soberbia cupular y visto con escepticismo por más de uno, es hoy una realidad que sigue cobrando adeptos que han entendido que no es una disidencia sino una manifestación de un PRI que considera no solo saludable, sino necesario un cambio de rumbo sobre todo en nuestro comportamiento político-partidista y en la relación de los dirigentes con su militancia para tener ventajas comparativas que nos permitan afrontar la elección federal de 2012 con una nueva realidad local en nuestro sistema político.

En tratándose de las entidades federativas es una circunstancia inédita la que afrontamos en Oaxaca y lo es así, porque perdimos de vista el exitoso referente federal de 2002. Gabriel Corona Armenta da cuenta de ello en su recomendable ensayo “La selección de los dirigentes nacionales del PRI”. Desde la perspectiva histórica Armenta hace un elocuente análisis de la ruta que estados como Oaxaca debieron abrazar una vez perdida la elección de más alto rango en un nivel de gobierno:

“ Después de la derrota electoral de 2000 … el PRI inició una etapa de transformación en el nuevo contexto político del país … la correlación de fuerzas políticas ya no fue favorable al PRI. A partir de ese momento ese partido se preparó para afrontar las nuevas circunstancias y tratar de recuperar el poder presidencial. Pero también se preparó para sustituir a su dirigencia sin la tutela del Presidente de la República en turno … el PRI reconoció que las circunstancias lo obligaban a crear órganos de dirección que le permitieran profundizar en el ejercicio de su democracia interna … a los delegados les preocupó la equidad y la transparencia en los procesos de elección interna … finalmente se aprobó que el procedimiento para la elección de la dirigencia nacional para el año 2002 fuera mediante consulta directa a militantes y simpatizantes”.

En adelante, el PRI no solo no desapareció como lo auguraban nuestros detractores; inició una ruta ascendente de resultados electorales solo interrumpida por la ruptura de Roberto Madrazo con Elba Esther Gordillo.

EL PRI oaxaqueño estuvo en ese supuesto a partir del 1 de diciembre de 2010 y – salvo su mejor opinión, amable lector- equivocó la ruta y su dirigencia decidió como si el escenario político siguiera siendo el mismo.

EL PRI está aún a tiempo de recuperar preferencias ciudadanas y no existe otro camino más que el de su ciudadanización. Si logramos que no solo militantes (miembros, en el preciso sentido estatutario del término) sino simpatizantes oxigenen la vida interna del partido iniciaremos la necesaria refundación. Y ¿Qué necesitamos para ello? La vuelta al origen, a las bases, a la naturaleza masiva y popular del PRI. ¿Cómo? Con procesos internos de elección abierta a militantes y simpatizantes.

Que todos puedan votar en todos los distritos del estado para elegir a sus dirigentes y a sus candidatos a cargos de elección popular; redimensionando la importancia de los inexistentes comités seccionales; devolviendo su prestigio a sus organismos de formación política y divulgación ideológica como el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político y la Fundación Colosio; Creando el Comité Estatal Editorial y de divulgación; Iniciando con seriedad la conformación de nuestra Comisión Estatal de Registro Partidario, por solo mencionar las más urgentes.

Ha trascendido que la vía jurídica emprendida por Jorge Franco irá ahora a la Sala Superior del TEPJF, pero independientemente de ello, la crisis del PRI en Oaxaca tiene dos vertientes: la jurídica y la política, siendo esta última no menos importante.

Francisco Reveles Vázquez sentenció con gravedad en su ensayo “La estructura de un partido corporativo en transformación”: “Hablar sobre la democracia interna de Partido Revolucionario Institucional parece absurdo.”. Habemos quienes creemos que aún se puede demostrar que estaba equivocado.
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