sábado, 12 de diciembre de 2009

LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA*
EL PRÓXIMO GOBERNADOR
En el marco de la conmemoración del aniversario de la declaración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebramos en Oaxaca la entrega del Premio Estatal de la Juventud, máximo reconocimiento que el gobierno del estado entrega a trayectorias destacadas en seis diferentes áreas. Reconocimos en la Alameda de León la valía de seis trayectorias en el campo de la academia, de la productividad, de la labor social, de la protección al ambiente, del mérito cívico y del arte. La intención de reconocer públicamente a los jóvenes oaxaqueños tenía hasta hace algún tiempo una doble finalidad: premiar el esfuerzo de toda una vida y posicionarlos como ejemplo ante las generaciones que venían detrás. El reconocimiento público es un poderoso estimulante de la creatividad y las energías orientadas en favor de las mejores causas. En el momento actual surge una tercera motivación: la intención de mandar a la sociedad el mensaje de que juventud no es ya sinónimo de inexperiencia, de incapacidad, de falta de preparación, ni mucho menos de pusilanimidad para imaginar nuevas realidades y trabajar en su construcción. Con la entrega de los galardones, quisimos proponer a la juventud como lo que está llamada a ser: la generación de la esperanza, de la concordia, de la solidaridad de la paz, de la reconstrucción; en una palabra, la generación de la fe. En este tiempo de crisis los liderazgos han palidecido. Nuestra gente necesita con urgencia recuperar la confianza para recobrar esa fe en que un mejor presente es posible. El momento que atraviesa México, incluida Oaxaca es histórico. Estamos en la antesala de 2012, año en que tendremos el máximo histórico de población joven en el país y en sus entidades. Tienen que ser desde ya, los jóvenes de las clases medias los agentes de transformación social por excelencia que, desde las universidades clarifiquen el rumbo del país. La mesa está servida y la juventud solo tiene que pasar a comerse el mundo. Los tiempos han cambiado y las mayores posibilidades de acceso a la instrucción universitaria posibilitan una cada vez mayor inclusión de los jóvenes en los lugares de toma de decisiones. En la administración pública, en los congresos, en la iniciativa privada, en la academia y acaso en los medios de comunicación masiva. No representan solo su persona, representan familias enteras que depositan en ellos su cariño y con él su esperanza, la esperanza de que la familia estará mejor. Ha llegado el tiempo en que los jóvenes toman las riendas de su destino y comienzan por la solución de su problemática como generación. Hoy son jóvenes quienes presiden órganos gubernametales y asociaciones de la sociedad civil que abordan su temática, hoy los jóvenes son gestores de su propio bienestar, hoy comienzan a tener poder, el poder joven. En este momento nueve de cada diez mujeres inicia su vida sexual sin protección; el 20% de los embarazos se registran en personas menores de 20 años; el 80% de los matrimonios son jóvenes; el 30% de hablantes de lenguas indígenas tienen entre 12 y 29 años; dos mil jóvenes sufren alguna enfermedad mental; el 35% de los casos de sida se da en jóvenes; el suicidio es la tercera causa de muerte entre la juventud; solo un 14 % de los jóvenes se interesa mucho en política, mientras que un 44% no se interesa nada. Es una realidad que comienza a cambiar y el origen de las soluciones debe estar en esta gran franja poblacional que se involucra más cada día. Tenemos pocos jóvenes en los gobiernos y en los congresos y solo 41 ayuntamientos de 570 son gobernados por ciudadanos menores de 35 años. 2010 se presenta como una excelente ocasión para incorporar a la juventud en la agenda de los partidos. Es necesario un lugar de respeto en las plataformas electorales que habrán de defender candidatos de todos los colores. El 40 % de la lista nominal tiene menos de 35 años y claro está que los jóvenes pueden definir la elección del próximo año. Cerrar los ojos a esta realidad sería tanto como renunciar al triunfo. Los precandidatos tienen la obligación de seducir a las juventudes con una propuesta integral que brinde a la juventud incentivos reales para moverse a las urnas y definir con su voto la integración de nuestro próximo gobierno.
*Director General de la Comisión Estatal de la Juventud
moisesmolinar@hotmail.com

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