lunes, 24 de febrero de 2014

LA JUSTICIA SOCIAL Y EL PAPEL MEMBRETADO


Acabamos de conmemora el Día Mundial del la Justicia Social. Muchas y muchos ni se enteraron. La inmensa mayoría no sabe qué es la justicia social y por ello no les interesa. Entre tantas conmemoraciones en el calendario, la del 20 de febrero es una más.


Por nuestra parte, recordamos la justicia social entre universitarios. Los estudiantes asociados de Ciencia Política de la UNIVAS organizaron con el Partido Verde un foro sobre justicia social, donde pudimos compartir con Jesusita Bautista, Jessica Hernández y Sandra Díaz, algunas reflexiones en torno al tema.


Cuando me invitaron a participar, como un acto reflejo, pensé en dos de las definiciones que más han marcado mi formación y que a continuación compartiré con ustedes. La primera es la definición de “justicia” que, después de muchos años, me dejó más conforme para el tratamiento de este tema. Es la definición de Ulpiano que le escuché en la primavera de 2001 a uno de mis maestros de la facultad de derecho y que en su latín original tampoco es tan difícil de aprender: “Justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde”.


La otra, es una definición de “política” que conocí incluso antes de entrar a estudiar Ciencias Políticas y que no es de un politólogo, más bien de un filósofo que también fue matemático y lógico: Bertrand Russell. Él decía que la política era “la actividad racional que pugna por dar a cada quien lo suficiente para vivir con decoro”. Creo que es esas dos concepciones puede resumirse la justicia social.


Cuando de justicia social se habla, los más avezados intuyen que es un asunto tan solo de ingresos y empleo. Justicia social tiene también que ver con derechos, dignidad, voz, emancipación social y política.
Y es que la justicia social, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, tiene principios. Los fundamentales pueden ser 4:


1) El trabajo no es una mercancía
2) La libertad sindical y de expresión son esenciales para el progreso sostenible
3) La pobreza en cualquier lugar constituye una amenaza a la prosperidad de todas y todos
4) Distribución garantizada de los frutos del progreso


Por ello la justicia social tiene que ver más que con México, con Oaxaca y estados como Oaxaca. En términos de justicia social, México duele, pero Oaxaca duele más. Ricardo Flores Magón lo dijo hace más de un siglo: “Sobre una tierra inmensamente rica, vegeta un pueblo incomparablemente pobre”, y en muchos rincones de Oaxaca esa realidad no ha cambiado en absoluto.


¿Cuáles son los ideales que animas la conmemoración del día mundial de la justicia social? ¿Cuándo habrá justicia social? Cuando se erradique la pobreza, cuando haya pleno empleo, cuando se logre el trabajo decente, cuando haya igualdad de género, cuando todos, sin excepción, tengamos acceso al bienestar social; en una frase, cuando haya justicia para todos.


Más importante que la desigualdad entre países es la desigualdad adentro de los países; desigualdad entre familias, desigualdad en las comunidades. Ello hace que el debate sobre la famosísima globalización sea un debate, en esencia, sobre justicia social y sobre democracia.


Vale la pena pensar un poco más sobre la justicia social para entender un poco más qué podemos hacer nosotros mismos por ayudar a alcanzarla. Bien vale la pena, para quienes trabajamos en esto, que sea nuestra estrella en el mar proceloso de la práctica política. Hay mucho que leer, hay más aún qué pensar y mucho más todavía por hacer.


Hace no mucho, desde un ensayo, Enrique Krauze lanzaba un alegato por una democracia sin adjetivos; convendría hacer lo mismo con la justicia. Pero sería un buen inicio empezar a eliminar los matices desde la comprensión de la justicia social.


La gran tarea es que la justicia social deje de ser ornamento del vocabulario electoral o frase de papel membretado.


@MoisesMolina

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