LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
CALDERÓN, LOS MINISTROS, EL CHAPO Y “EL PELADO”.
"No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad
caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden
improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la
disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo,
disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que
proporciona la retribución que la ley les señala".
B. Juárez.
El principio de la justa retribución de los trabajos personales consagrado en el artículo 5 constitucional ha exhibido a últimas fechas sus matices. Y es que otro artículo, el 127, ha puesto en el debate nacional la moralidad de los sueldos que perciben los servidores públicos. El debate se reinició hace unos meses cuando los legisladores consensaron una regla general: que ningún servidor público podría ganar más que el Presidente de la República, cosa que parece de lo más razonable para el común de los mortales, pero no para los consejeros electorales del IFE, los ministros de la suprema corte de justicia y los diputados del PAN. Y es que en contraste con los 152 mil pesos que mensualmente recibe el Presidente, consejeros electorales y ministros podrían ganar más de 300 mil cada mes. La semana que termina se inició en la cámara de senadores una reforma definitiva al 127 que ponga orden de una vez y para siempre. Que se convalide la regla del salario máximo, fue el consenso “unánime” que los senadores entregaron a la Cámara de Diputados. Pero los legisladores panistas pareciera que no quieren que su correligionario presidente gane más que ministros y consejeros y no conformes quieren eximir del tope salarial a todos aquellos servidores públicos que no sean de elección popular, argumentando por voz de Cristián Castaño et al. la alta especialización que esos puestos que no tiene que pasar la prueba de las urnas, requieren. ¿Y donde están esos cargos? Pues en el Instituto Federal Electoral, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y en el Banco de México. Y es que el intenso cabildeo de los ministros encabezados por su presidente Guillermo Ortiz Mayagoitia ha sido el principal detonante de esta azulada oposición. No es que se ponga en duda la división de poderes en México, una sola de las bancadas en San Lázaro no habla, desde luego, por todo el Poder Legilativo. Pero la sospecha sí ronda al partido del Presidente, después de esa graciosa concesión que los ministros hicieran al PAN al permitirles montar su precampaña electoral sobre los programas sociales del gobierno de la república, con todo y que la publicidad oficial dice que “son ajenos a cualquier partido político”. Parece que los ministros también quieren “vivir mejor” no importando si se tienen que buscar argucias legales para legitimar lo que a los ojos de la gente es ofensivo. De cualquier forma vivimos en un país de contradicciones. Tenemos a más de la mitad de la población viviendo en pobreza, pero tenemos al tercer hombre más rico del mundo; el narco nos roba algo más que tranquilidad en nuestras ciudades, pero el narcotraficante más buscado de México aparece en Forbes y tiene la misma fortuna que el dueño de televisa; nos escandalizamos de los altos sueldos de nuestros políticos contrastantes con su desempeño y vemos con normalidad que el técnico del Puebla gane lo mismo que un ministro y que Ramón “el pelado” Díaz se haya “robado” de México 300 mil DÓLARES cada mes del tiempo que estuvo dirigiendo al América. Son excesos que se deben revertir con el tiempo. Todo ello es prueba de que en México si hay dinero y mucho, pero viene acompañado de iniquidades. Seguramente la reforma constitucional terminará por aprobarse. PRI y PRD han anunciado un pacto para votar en el sentido que ha propuesto el senado y al PAN no le quedará más remedio que hacer mutis y sufrir su mala decisión, porque de la resolución de la Suprema Corte que le favoreció, no solo ellos habrán de sacar provecho. PRI y PRD tienen en los estados donde gobiernan, programas sociales de sus gobernadores en que montarse. Por verse está que el máximo tribunal abrace el mismo criterio. Con los nuevos parámetros de justicia, la “justa retribución” y la “honrada medianía” parecen cosas pasada s de moda.
moisesmolinar@hotmail.com
viernes, 13 de marzo de 2009
viernes, 6 de marzo de 2009
LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
PRIISMO GENÉTICO
“México se debate entre dos extremos igualmente perniciosos
… el neoliberalismo y el neo populismo … ambos coinciden en
ser modelos excluyentes … el primero en términos económicos
… el segundo en clave política … tendencias encarnadas
respectivamente por Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador”
José Fernández Santillán.
Miguel Ángel Granados Chapa, uno de los más corrosivos detractores del PRI, tuvo que reconocer con rigor de periodista en una de sus últimas entregas en Reforma, que el tricolor es el único partido que “en esta etapa de selección de candidatos a diputados ... someterá todas las posiciones al escrutinio de sus militantes” en contraste con “los timoratos e interesados comités nacionales del PAN y el PRD que se reservaron un excesivo número de distritos donde no habrá contienda interna”. Esa directa afirmación de un hombre de izquierda denota que la vida y la vitalidad de un partido político no están sujetas a los deseos personales de quienes se organizan y compiten por el poder. La omnipresencia del PRI es una realidad y su recuperación un hecho que los últimos años electorales han afirmado. Al PRI – a su jerarquía, en estricto sentido- podrán reprochársele muchas cosas: desaseo a la hora de llevar la política a la práctica; sensibilidad y poca tolerancia a la crítica, así venga del interior y sea una forma de autocrítica; resistencia al entreveramiento generacional y de género; desinterés en diferentes grados y con diversos matices en la tarea de capacitación política de sus miembros y simpatizantes, concentración del poder y por ende de las decisiones, entre algunas cosas más. Pero si algo tiene el PRI es oficio, experiencia y no solamente para gobernar; capacidad para llegar a acuerdos cuando el escenario es propicio. Hoy las encuestas ubican al tricolor en inmejorable posición para ganar la mayoría absoluta de la cámara federal de diputados y llegar con ventaja al 2012 y a la mayoría de las elecciones gubernamentales en los próximos 3 años. Los números dicen que sigue siendo la primera fuerza territorial del país y el partido que más candidatos propios postula y más representantes de casilla registra en todos los procesos electorales. Es una tercera fuerza política en el congreso que sigue actuando y pesando cual si fuera la primera y a su coordinador parlamentario en el senado lo consideran algunos como émulo de un vicepresidente en funciones. Al PRI lo vienen matando desde el 2000, aunque más bien pareciera que la derrota presidencial le aportó oxígeno. Ha sido como ninguno, un partido que saca provechos de sus crisis y sale fortalecido de ellas. El asunto monetario con su multa de mil millones, pasó casi desapercibido. El Carro completo en Puebla y Oaxaca vino casi inmediato al escándalo del “gober precioso” y la APPO. Hoy cobran sentido las alusiones al priismo genético y los dichos de mucha gente que “nace y muere priista” porque provienen de una “familia priista”. Es algo más que “voto verde” y que “voto duro”. Es una mística que para sus detractores parece lejana y es cuestionable. Es en palabras de Carlos A. Madrazo “una mística revolucionaria”. Jóvenes que todavía quieren “entrar” al PRI, que quieren “apoyar” al candidato. Tal vez sea más cuestión de socializar que otra cosa, pero aún hay muchachos y señoritas que quieren sentirse parte de algo y su principal referente es el PRI. Es una nueva generación que no conoció a Díaz Ordaz o a López Portillo; que a Salinas lo recuerda vagamente y se presenta inmune a los rencores y resentimientos de políticos que eligieron cambiar de colores; que se siente, en todo caso, más cercana a Peña Nieto y a las nuevas técnicas y tecnologías aplicadas al proselitismo político. A sus 80 años al PRI se le ve rejuveneciendo, al menos esa es la percepción, aunque no concuerde con el nóumeno kantiano. Se le ve sano y se le ve bien. No es cuestión de deseos personales – recalco-, es una realidad que la ciencia social moderna nos revela. El PRI está vivo y ganando y de ello quizás no tiene la culpa el mismo PRI, tal vez ni siquiera sus detractores. Hoy los tataranietos de don Plutarco parecieran gritar con fuerza lo que Jesús Reyes Heroles les dejó en unos versos: que se pueden tener mil años y seguir siendo joven.
moisesmolinar@hotmail.com
Moisés MOLINA
PRIISMO GENÉTICO
“México se debate entre dos extremos igualmente perniciosos
… el neoliberalismo y el neo populismo … ambos coinciden en
ser modelos excluyentes … el primero en términos económicos
… el segundo en clave política … tendencias encarnadas
respectivamente por Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador”
José Fernández Santillán.
Miguel Ángel Granados Chapa, uno de los más corrosivos detractores del PRI, tuvo que reconocer con rigor de periodista en una de sus últimas entregas en Reforma, que el tricolor es el único partido que “en esta etapa de selección de candidatos a diputados ... someterá todas las posiciones al escrutinio de sus militantes” en contraste con “los timoratos e interesados comités nacionales del PAN y el PRD que se reservaron un excesivo número de distritos donde no habrá contienda interna”. Esa directa afirmación de un hombre de izquierda denota que la vida y la vitalidad de un partido político no están sujetas a los deseos personales de quienes se organizan y compiten por el poder. La omnipresencia del PRI es una realidad y su recuperación un hecho que los últimos años electorales han afirmado. Al PRI – a su jerarquía, en estricto sentido- podrán reprochársele muchas cosas: desaseo a la hora de llevar la política a la práctica; sensibilidad y poca tolerancia a la crítica, así venga del interior y sea una forma de autocrítica; resistencia al entreveramiento generacional y de género; desinterés en diferentes grados y con diversos matices en la tarea de capacitación política de sus miembros y simpatizantes, concentración del poder y por ende de las decisiones, entre algunas cosas más. Pero si algo tiene el PRI es oficio, experiencia y no solamente para gobernar; capacidad para llegar a acuerdos cuando el escenario es propicio. Hoy las encuestas ubican al tricolor en inmejorable posición para ganar la mayoría absoluta de la cámara federal de diputados y llegar con ventaja al 2012 y a la mayoría de las elecciones gubernamentales en los próximos 3 años. Los números dicen que sigue siendo la primera fuerza territorial del país y el partido que más candidatos propios postula y más representantes de casilla registra en todos los procesos electorales. Es una tercera fuerza política en el congreso que sigue actuando y pesando cual si fuera la primera y a su coordinador parlamentario en el senado lo consideran algunos como émulo de un vicepresidente en funciones. Al PRI lo vienen matando desde el 2000, aunque más bien pareciera que la derrota presidencial le aportó oxígeno. Ha sido como ninguno, un partido que saca provechos de sus crisis y sale fortalecido de ellas. El asunto monetario con su multa de mil millones, pasó casi desapercibido. El Carro completo en Puebla y Oaxaca vino casi inmediato al escándalo del “gober precioso” y la APPO. Hoy cobran sentido las alusiones al priismo genético y los dichos de mucha gente que “nace y muere priista” porque provienen de una “familia priista”. Es algo más que “voto verde” y que “voto duro”. Es una mística que para sus detractores parece lejana y es cuestionable. Es en palabras de Carlos A. Madrazo “una mística revolucionaria”. Jóvenes que todavía quieren “entrar” al PRI, que quieren “apoyar” al candidato. Tal vez sea más cuestión de socializar que otra cosa, pero aún hay muchachos y señoritas que quieren sentirse parte de algo y su principal referente es el PRI. Es una nueva generación que no conoció a Díaz Ordaz o a López Portillo; que a Salinas lo recuerda vagamente y se presenta inmune a los rencores y resentimientos de políticos que eligieron cambiar de colores; que se siente, en todo caso, más cercana a Peña Nieto y a las nuevas técnicas y tecnologías aplicadas al proselitismo político. A sus 80 años al PRI se le ve rejuveneciendo, al menos esa es la percepción, aunque no concuerde con el nóumeno kantiano. Se le ve sano y se le ve bien. No es cuestión de deseos personales – recalco-, es una realidad que la ciencia social moderna nos revela. El PRI está vivo y ganando y de ello quizás no tiene la culpa el mismo PRI, tal vez ni siquiera sus detractores. Hoy los tataranietos de don Plutarco parecieran gritar con fuerza lo que Jesús Reyes Heroles les dejó en unos versos: que se pueden tener mil años y seguir siendo joven.
moisesmolinar@hotmail.com
jueves, 5 de marzo de 2009
sábado, 28 de febrero de 2009
LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
¿MUCHACHOPENDENCIERO?
Es en tiempos electorales cuando los temas de la agenda nacional se magnifican. La necesaria regulación de las precampañas trajo consigo también algunos inconvenientes. El debate previo a la jornada electoral se prolonga el tiempo que estas duran y la virulencia informativa causa sus estragos por más tiempo en la población, vote o no. La interpretación a contrario sensu de cuanto afirman los partidos, parece seguir siendo una constante, una vez más dirigen sus acciones en sentido contrario de sus dichos y la última muestra de ello la dieron a propósito del tema del momento: el narco. Es lugar común la opinión de que politizar un tema tan delicado no es bueno, compartimos la sensación de que buscar beneficio electoral del asunto no es moralmente correcto; pero al mismo tiempo participamos del juego que los partidos, por vía de sus dirigentes, protagonizan con el seguimiento cómplice de los medios de comunicación. Y es que es claro que el narco está no solamente en la agenda de los gobernantes. Pecaría de miope quien pensara que en un año electoral, los temas relacionados con la acción de los gobiernos, pueden quedar al margen de la temática de los institutos políticos. Finalmente como lo hemos reiterado en este espacio, la política es una guerra sin sangre y “en la guerra y el amor todo se vale” dice la sabiduría popular. La iniciativa la tiene que tomar, lógico es quein se ve en desventaja y el PAN ha sido el damnificado número uno de los último procesos electorales. Germán Martínez está lejos de ser un “muchacho pendenciero” y se comporta más bien como un adolescente espantado. Montar sobre los hombros del presidente de la república y los programas de gobierno el destino de su partido en la elección, no indican otra cosa. En Felipe Calderón ve una figura paternal, un guía, un mesías y no un militante panista al que hay que presentar como un igual, acaso ejemplar, ante el panismo de México. Al viejo régimen se le criticó la verticalidad en el ejercicio del poder, la omnipresencia del presidente que era a la vez jefe de su partido y el férreo control de la burocracia y la efectividad electoral partidista. El presidente operaba, por decisión propia los éxitos y los fracasos del país y al mismo tiempo, los éxitos y los fracasos de su partido. El “nuevo régimen” claramente no sufre de eso, sino de algo peor: de un vacío de poder. La falta de experiencia, de oficio y por si poco fuera, de talento e incluso carisma de Germán, hacen que el PAN no camine. Los últimos resultados electorales y las recientes encuestas son para el partido del presidente lo más cercano a la catástrofe. ¿La reacción?: el pasmo, la inacción, la inmovilidad y luego la burda y nada novedosa decisión de montarse en los programas y las acciones de gobierno que nada cuestan al PAN. Que otros partidos en los estados donde gobiernan hacen lo mismo, es innegable, pero no con semejante torpeza. Hoy vemos al PAN publicitando el apoyo azul a los programas del gobierno de calderón como si lo que se avecinara fuese un referéndum para ratificarlo en el cargo y no una elección de diputados federales. Martínez apela a la figura presidencial, a su hombre fuerte. Se le ve a Calderón como la única figura capaz de rescatar cuanto el PAN pueda rescatar. Y es natural que un partido sin estructura, sin cuadros y sin arraigo, (según se infiere de la última encuesta de Grupo Reforma) en cuatro de las cinco circunscripciones electorales en que se divide el país, quiera tener en esta elección de 2009 su propio López Obrador. La guerra contra el narco, contrario a lo que los partidos dijeron, ya es tema de agenda electoral. Al margen de los reproches del PAN y del propio Gobierno, por vía de comunicados de la SEGOB, hacia el PRI y los peculiares calificativos de la clase priista hacia el dirigente del PAN, claro está que esta guerra la encarna una persona que se llama Felipe Calderón. Las urnas nos dirán pues si este trecho de la guerra la tiene ganada o perdida. La gente siempre tiene la razón.
moisesmolinar@hotmail.com
¿MUCHACHOPENDENCIERO?
Es en tiempos electorales cuando los temas de la agenda nacional se magnifican. La necesaria regulación de las precampañas trajo consigo también algunos inconvenientes. El debate previo a la jornada electoral se prolonga el tiempo que estas duran y la virulencia informativa causa sus estragos por más tiempo en la población, vote o no. La interpretación a contrario sensu de cuanto afirman los partidos, parece seguir siendo una constante, una vez más dirigen sus acciones en sentido contrario de sus dichos y la última muestra de ello la dieron a propósito del tema del momento: el narco. Es lugar común la opinión de que politizar un tema tan delicado no es bueno, compartimos la sensación de que buscar beneficio electoral del asunto no es moralmente correcto; pero al mismo tiempo participamos del juego que los partidos, por vía de sus dirigentes, protagonizan con el seguimiento cómplice de los medios de comunicación. Y es que es claro que el narco está no solamente en la agenda de los gobernantes. Pecaría de miope quien pensara que en un año electoral, los temas relacionados con la acción de los gobiernos, pueden quedar al margen de la temática de los institutos políticos. Finalmente como lo hemos reiterado en este espacio, la política es una guerra sin sangre y “en la guerra y el amor todo se vale” dice la sabiduría popular. La iniciativa la tiene que tomar, lógico es quein se ve en desventaja y el PAN ha sido el damnificado número uno de los último procesos electorales. Germán Martínez está lejos de ser un “muchacho pendenciero” y se comporta más bien como un adolescente espantado. Montar sobre los hombros del presidente de la república y los programas de gobierno el destino de su partido en la elección, no indican otra cosa. En Felipe Calderón ve una figura paternal, un guía, un mesías y no un militante panista al que hay que presentar como un igual, acaso ejemplar, ante el panismo de México. Al viejo régimen se le criticó la verticalidad en el ejercicio del poder, la omnipresencia del presidente que era a la vez jefe de su partido y el férreo control de la burocracia y la efectividad electoral partidista. El presidente operaba, por decisión propia los éxitos y los fracasos del país y al mismo tiempo, los éxitos y los fracasos de su partido. El “nuevo régimen” claramente no sufre de eso, sino de algo peor: de un vacío de poder. La falta de experiencia, de oficio y por si poco fuera, de talento e incluso carisma de Germán, hacen que el PAN no camine. Los últimos resultados electorales y las recientes encuestas son para el partido del presidente lo más cercano a la catástrofe. ¿La reacción?: el pasmo, la inacción, la inmovilidad y luego la burda y nada novedosa decisión de montarse en los programas y las acciones de gobierno que nada cuestan al PAN. Que otros partidos en los estados donde gobiernan hacen lo mismo, es innegable, pero no con semejante torpeza. Hoy vemos al PAN publicitando el apoyo azul a los programas del gobierno de calderón como si lo que se avecinara fuese un referéndum para ratificarlo en el cargo y no una elección de diputados federales. Martínez apela a la figura presidencial, a su hombre fuerte. Se le ve a Calderón como la única figura capaz de rescatar cuanto el PAN pueda rescatar. Y es natural que un partido sin estructura, sin cuadros y sin arraigo, (según se infiere de la última encuesta de Grupo Reforma) en cuatro de las cinco circunscripciones electorales en que se divide el país, quiera tener en esta elección de 2009 su propio López Obrador. La guerra contra el narco, contrario a lo que los partidos dijeron, ya es tema de agenda electoral. Al margen de los reproches del PAN y del propio Gobierno, por vía de comunicados de la SEGOB, hacia el PRI y los peculiares calificativos de la clase priista hacia el dirigente del PAN, claro está que esta guerra la encarna una persona que se llama Felipe Calderón. Las urnas nos dirán pues si este trecho de la guerra la tiene ganada o perdida. La gente siempre tiene la razón.
moisesmolinar@hotmail.com
sábado, 21 de febrero de 2009
LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
LÓPEZ OBRADOR: OAXAQUEÑO POR ADOPCIÓN.
Así lo consideran quienes idearon y pidieron, casi suplicaron –dicen- al tabasqueño por nacimiento, hacer de Oaxaca su lugar de residencia los tres últimos meses del año. Así lo soltó en entrevista publicada en un diario de la capital de país. Que viene a visitar los municipios de usos y costumbres, que viene a descansar. Se le puede creer lo primero, en torno a lo segundo ronda un enjambre de dudas. No bien salgamos de la elección de diputados federales, Oaxaca habrá de encarar el proceso para elegir a su próximo gobernador. El peculiar entorno político configurado este sexenio y las nuevas reglas electorales, sobre todo en materia de precampañas harán que 2010 comience anticipadamente en 2009. Al menos así será para el popular señor López. Pero ¿por qué elegir a Oaxaca para sus “vacaciones? Conocemos y de sobra los oaxaqueños, los atractivos que seducen al turista nacional y extranjero, pero ¿Vendría usted –amable lector- siendo figura pública de la política, a descansar a una entidad gobernada por un abierto adversario? ¿Elegiría para tal fin un estado donde su propio partido político no lo quiere? Parece que la cercana relación de Gabino Cué con nuestro turista, es solo superada por la común aspiración - obsesión para muchos- de ser gobernador uno y presidente el otro. Ojalá López Obrador viniera a pasear, a conocer las maravillas del estado en su capital y en sus regiones. Sería hasta benéfico para los Oaxaqueños. Podría considerársele como un atractivo más para el turismo político. Como una de esas rarezas itinerantes que la gente acude a ver para saciar el morbo. Andrés Manuel con cada ocurrencia como esta, se aleja de la política y se aproxima a la farándula. Si viene a turistear que venga, para que haga venir a su gente a dar dinamismo a nuestra economía, que falta le hace; que atraiga a más turistas pero de esos que traen consigo derrama económica, no de los que “mochila” al hombro, es más lo que nos quitan. Pero no. Nuestro híbrido partidista no viene a descansar, viene a hacer campaña para Gabino y de paso para él; para sepultar al PRD local y fortalecer, si conservan el registro después de la elección de julio próximo, a Convergencia y PT, urgidos de presencia. Quien esto escribe, no se explica, porqué tanto amor repentino por una entidad cuya violencia apadrinó en 2006. Por qué venir a un estado que quiso destruir. Seguramente viene pensando en altos índices de simpatía en Oaxaca. Probablemente piense en que ganará la presidencia comenzando con sus incondicionales en las gubernaturas de los estados. Quizás considera que Oaxaca puede ser el inicio de su victoria, desde la pobreza de nuestros municipios de usos y costumbres. Hay que decirle al sr. López, que revise sus encuestas o que encargue otras. Sigue siendo popular (en buena cuantía gracias a los medios y de entre ellos, los electrónicos) pero la popularidad no conlleva la aceptación. Y hay en Oaxaca mucha gente agraviada por él y todo lo que representa. Cierto es que hay polarización política en la entidad. Pero no toda la gente está polarizada. Hay quienes defienden decididamente a su gobierno, a su gobernador y al PRI y hay también quienes con el mismo fervor piden a gritos la caída del primero, la salida del segundo y la derrota del tercero. Pero también existen - y son la inmensa mayoría- quienes al margen de la política, sin filias ni fobias partidistas, quieren trabajo y paz para sus familias, sobre todo para las nuevas generaciones. De ellos habrá de ser el reclamo más fuerte cuando Obrador comience a hacer “grilla” vacacional, cuando empiece a invocar a su APPO, cuando comience a subir el tono de sus atropelladas y chillantes arengas … cuando comience a llamar a una guerra electoral que, desgraciadamente, afecta otros ámbitos de la vida cotidiana. Mala consejera es la obcecación por el poder, más aún si el consejo de vacacionar conlleva una oculta intención.
moisesmolinar@hotmail.com
Moisés MOLINA
LÓPEZ OBRADOR: OAXAQUEÑO POR ADOPCIÓN.
Así lo consideran quienes idearon y pidieron, casi suplicaron –dicen- al tabasqueño por nacimiento, hacer de Oaxaca su lugar de residencia los tres últimos meses del año. Así lo soltó en entrevista publicada en un diario de la capital de país. Que viene a visitar los municipios de usos y costumbres, que viene a descansar. Se le puede creer lo primero, en torno a lo segundo ronda un enjambre de dudas. No bien salgamos de la elección de diputados federales, Oaxaca habrá de encarar el proceso para elegir a su próximo gobernador. El peculiar entorno político configurado este sexenio y las nuevas reglas electorales, sobre todo en materia de precampañas harán que 2010 comience anticipadamente en 2009. Al menos así será para el popular señor López. Pero ¿por qué elegir a Oaxaca para sus “vacaciones? Conocemos y de sobra los oaxaqueños, los atractivos que seducen al turista nacional y extranjero, pero ¿Vendría usted –amable lector- siendo figura pública de la política, a descansar a una entidad gobernada por un abierto adversario? ¿Elegiría para tal fin un estado donde su propio partido político no lo quiere? Parece que la cercana relación de Gabino Cué con nuestro turista, es solo superada por la común aspiración - obsesión para muchos- de ser gobernador uno y presidente el otro. Ojalá López Obrador viniera a pasear, a conocer las maravillas del estado en su capital y en sus regiones. Sería hasta benéfico para los Oaxaqueños. Podría considerársele como un atractivo más para el turismo político. Como una de esas rarezas itinerantes que la gente acude a ver para saciar el morbo. Andrés Manuel con cada ocurrencia como esta, se aleja de la política y se aproxima a la farándula. Si viene a turistear que venga, para que haga venir a su gente a dar dinamismo a nuestra economía, que falta le hace; que atraiga a más turistas pero de esos que traen consigo derrama económica, no de los que “mochila” al hombro, es más lo que nos quitan. Pero no. Nuestro híbrido partidista no viene a descansar, viene a hacer campaña para Gabino y de paso para él; para sepultar al PRD local y fortalecer, si conservan el registro después de la elección de julio próximo, a Convergencia y PT, urgidos de presencia. Quien esto escribe, no se explica, porqué tanto amor repentino por una entidad cuya violencia apadrinó en 2006. Por qué venir a un estado que quiso destruir. Seguramente viene pensando en altos índices de simpatía en Oaxaca. Probablemente piense en que ganará la presidencia comenzando con sus incondicionales en las gubernaturas de los estados. Quizás considera que Oaxaca puede ser el inicio de su victoria, desde la pobreza de nuestros municipios de usos y costumbres. Hay que decirle al sr. López, que revise sus encuestas o que encargue otras. Sigue siendo popular (en buena cuantía gracias a los medios y de entre ellos, los electrónicos) pero la popularidad no conlleva la aceptación. Y hay en Oaxaca mucha gente agraviada por él y todo lo que representa. Cierto es que hay polarización política en la entidad. Pero no toda la gente está polarizada. Hay quienes defienden decididamente a su gobierno, a su gobernador y al PRI y hay también quienes con el mismo fervor piden a gritos la caída del primero, la salida del segundo y la derrota del tercero. Pero también existen - y son la inmensa mayoría- quienes al margen de la política, sin filias ni fobias partidistas, quieren trabajo y paz para sus familias, sobre todo para las nuevas generaciones. De ellos habrá de ser el reclamo más fuerte cuando Obrador comience a hacer “grilla” vacacional, cuando empiece a invocar a su APPO, cuando comience a subir el tono de sus atropelladas y chillantes arengas … cuando comience a llamar a una guerra electoral que, desgraciadamente, afecta otros ámbitos de la vida cotidiana. Mala consejera es la obcecación por el poder, más aún si el consejo de vacacionar conlleva una oculta intención.
moisesmolinar@hotmail.com
viernes, 13 de febrero de 2009
LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
¿TU HIJ@ TIENE NOVI@?
Si usted –amable lector- tiene hijos de entre 15 y 24 años o algún ser querido los tiene, esta entrega ha de ser de su interés. Y es que ninguna fecha más propicia que la reciente celebración mundial de la amistad y el amor para compartir cifras reveladoras que reflejan la realidad que los jóvenes estamos viviendo y que resulta, en diferentes grados, ajena a los padres de familia. Las relaciones humanas han cambiado sustancialmente los últimos lustros y las relaciones de pareja no escapan al vértigo de los nuevos tiempos. A finales de 2007 el INEGI realizó, como todos los que esta institución lleva a cabo, un estudio llamado “Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo” que contiene, como adelantamos, datos reveladores de una realidad innegable. Poco más de siete millones de jóvenes de entre 15 y 24 años en México tienen una relación de noviazgo, que equivale al 74 por ciento de los jóvenes solteros en ese rango de edad. Puesto es otras palabras, 74 de cada 100 jóvenes mexicanos de entre 15 y 24 años tiene novio o novia, porcentaje por demás elevado. Y de ellos el 76% sufre violencia psicológica, el 15% violencia física y un 16.5% violencia sexual de parte de su parejas. Quienes más sufren la violencia son las mujeres y lo más preocupante es que no pocas de ellas la conciben como normal o en el mejor de los casos, no saben que la están padeciendo. Frases como: “me pega porque me quiere”, “me regaña porque se preocupa por mí” o “me prohíbe cosas porque le importo”, fueron recurrentes a lo largo de la investigación nacional. La preponderancia de la violencia en ámbitos urbanos sobre los rurales es clara y a los padres debiera causarles preocupación lo siguiente: más de la tercera parte de las mujeres jóvenes que se saben víctimas de la violencia confía más en los amigos que en los padres, maestros o especialistas. Hay quienes toman el noviazgo de los hijos a la ligera, pero las consecuencias de esta problemática no comparten tal liviandad. Depresión, baja de rendimiento escolar o laboral, deserción escolar, trastornos alimenticios como bulimia o anorexia, adicciones y en el extremo el suicidio o el homicidio, pueden ser resultantes probables de ese amor mal entendido, resultantes que nadie quiere para un ser querido. La violencia en el noviazgo es la antesala de la violencia intrafamiliar. Quienes hoy se ensayan en una relación de pareja, indefectiblemente formarán en el futuro una familia con el mismo o con un ser humano diferente. Negar y negarse el respeto en el noviazgo implica negar lo que respecto de la familia hemos escuchado y repetido hasta el cansancio: que es la célula básica de la sociedad. La realidad es que la familia tradicional está desapareciendo y las familias monoparentales son el sino de los tiempos actuales. Cada vez más las convicciones de las nuevas generaciones se alejan del matrimonio y cuantos lo contraen caminan, en buen número, hacia la separación y el divorcio a causa de la violencia. Prevenir la violencia en el noviazgo es prevenir la violencia en las familias del mañana, detener los divorcios en ascenso y rescatar la familia como núcleo formador de seres humanos en el respeto y la tolerancia. Por eso si usted tiene hij@s y sus hij@s tienen novi@, conveniente es que también sepan esto.
moisesmolinar@hotmail.com
Moisés MOLINA
¿TU HIJ@ TIENE NOVI@?
Si usted –amable lector- tiene hijos de entre 15 y 24 años o algún ser querido los tiene, esta entrega ha de ser de su interés. Y es que ninguna fecha más propicia que la reciente celebración mundial de la amistad y el amor para compartir cifras reveladoras que reflejan la realidad que los jóvenes estamos viviendo y que resulta, en diferentes grados, ajena a los padres de familia. Las relaciones humanas han cambiado sustancialmente los últimos lustros y las relaciones de pareja no escapan al vértigo de los nuevos tiempos. A finales de 2007 el INEGI realizó, como todos los que esta institución lleva a cabo, un estudio llamado “Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo” que contiene, como adelantamos, datos reveladores de una realidad innegable. Poco más de siete millones de jóvenes de entre 15 y 24 años en México tienen una relación de noviazgo, que equivale al 74 por ciento de los jóvenes solteros en ese rango de edad. Puesto es otras palabras, 74 de cada 100 jóvenes mexicanos de entre 15 y 24 años tiene novio o novia, porcentaje por demás elevado. Y de ellos el 76% sufre violencia psicológica, el 15% violencia física y un 16.5% violencia sexual de parte de su parejas. Quienes más sufren la violencia son las mujeres y lo más preocupante es que no pocas de ellas la conciben como normal o en el mejor de los casos, no saben que la están padeciendo. Frases como: “me pega porque me quiere”, “me regaña porque se preocupa por mí” o “me prohíbe cosas porque le importo”, fueron recurrentes a lo largo de la investigación nacional. La preponderancia de la violencia en ámbitos urbanos sobre los rurales es clara y a los padres debiera causarles preocupación lo siguiente: más de la tercera parte de las mujeres jóvenes que se saben víctimas de la violencia confía más en los amigos que en los padres, maestros o especialistas. Hay quienes toman el noviazgo de los hijos a la ligera, pero las consecuencias de esta problemática no comparten tal liviandad. Depresión, baja de rendimiento escolar o laboral, deserción escolar, trastornos alimenticios como bulimia o anorexia, adicciones y en el extremo el suicidio o el homicidio, pueden ser resultantes probables de ese amor mal entendido, resultantes que nadie quiere para un ser querido. La violencia en el noviazgo es la antesala de la violencia intrafamiliar. Quienes hoy se ensayan en una relación de pareja, indefectiblemente formarán en el futuro una familia con el mismo o con un ser humano diferente. Negar y negarse el respeto en el noviazgo implica negar lo que respecto de la familia hemos escuchado y repetido hasta el cansancio: que es la célula básica de la sociedad. La realidad es que la familia tradicional está desapareciendo y las familias monoparentales son el sino de los tiempos actuales. Cada vez más las convicciones de las nuevas generaciones se alejan del matrimonio y cuantos lo contraen caminan, en buen número, hacia la separación y el divorcio a causa de la violencia. Prevenir la violencia en el noviazgo es prevenir la violencia en las familias del mañana, detener los divorcios en ascenso y rescatar la familia como núcleo formador de seres humanos en el respeto y la tolerancia. Por eso si usted tiene hij@s y sus hij@s tienen novi@, conveniente es que también sepan esto.
moisesmolinar@hotmail.com
sábado, 7 de febrero de 2009
LA X EN LA FRENTE
Moisés MOLINA
PREVENIR O LAMENTAR
De todos sabida es, la magnitud del problema que la lucha contra la delincuencia organizada representa. Después del tema económico, el de la inseguridad es el que más preocupa a la mayoría de nuestras familias. Los nombres de los cárteles de la droga y de asociaciones delincuenciales están, como nunca, en boca de la gente. Y la sección policiaca ha robado espacio a las primeras planas de los diarios. El morbo se alimenta mientras el país se desangra. No pasa un día sin que una, se agregue a la estadística de familias enlutadas. Ni los propios “narcos” se salvan. Las disputas por las famosas “plazas” cobran víctimas de uno y otro bando, todo ello porque México, desde hace tiempo dejó de ser país de trasiego para convertirse en país de consumidores. Nunca como hoy, el rubro presupuestal destinado a la seguridad, había sido tan grande; nunca como hoy, los ciudadanos nos habíamos sentido tan inseguros. Los medios cumplen con su labor de informar de cuanto sucede, pero informan de una realidad que espanta, que genera zozobra. Sentimos que nos han quitado una parte de nuestras vidas que ahora no se sabe cómo ni cuándo recuperar. La “guerra” contra el narco inició, sin embargo, como el “quinazo” del sexenio y no hay marcha atrás. Las detenciones diarias, los operativos, los decomisos de drogas, armas y dinero mal habido son muestra de que el dinero público destinado a seguridad no es un gasto, sino una inversión, que es necesario fortalecer. El crimen está aquí y ahora y hay que combatirlo. Pero ¿se ha pensado acaso en las generaciones siguientes, en quienes están expuestos a la droga pero aún no la consumen?, ¿hemos reparado en quienes aún no pisan la escuela o todavía no han nacido? Es de llamar la atención por qué toda esta estrategia de combate al crimen no se ha hecho acompañar de una de prevención. Los costos son infinitamente inferiores y los resultados, estimo, serían óptimos para nuestros policías y soldados del futuro. Ha sido problema siempre del mexicano la inmediatez, el cortoplacismo. Cuanto hemos tenido son campañas aisladas de prevención con alcances precarios y condenadas al olvido. Pareciera solo un hueco programático que hay que cubrir, como si la niñez y la juventud no existieran o como si niños y jóvenes lo fueran por siempre. Preocupante porque quienes ahora lo son, serán los ciudadanos y gobernantes o desgraciadamente, traficantes del mañana. No hemos sido siquiera capaces de desarrollar, fuera de la Encuesta Nacional de Adicciones, estadísticas que nos den luces para saber qué, dónde y cómo prevenir. No sabemos cuántos delitos o faltas administrativas se cometen bajo el influjo de alguna droga y qué tipo de droga. Lo que tenemos son números muy generales pero reveladores: que en sólo seis años creció 50% el número de personas adictas a drogas ilegales y 30% la cifra de quienes alguna vez las han consumido. Otro dato habla de la alta disponibilidad de las drogas para los jóvenes: 43% de jóvenes de entre 12 y 25 años están expuestos a ellas. De estos la mitad llega a consumirlas de manera experimental y 13% de manera frecuente. El consumo de cocaína se multiplicó por quince en un sexenio y los jóvenes de 12 a 17 años representan la parte más vulnerable de la ampliación de los mercados de estimulantes en general. El 50% de las muertes en nuestro país están relacionadas con el consumo de algún tipo de droga, incluidas alcohol y tabaco y tenemos más de 13 millones de fumadores y seis millones de dependientes al alcohol en México. Todo lo anterior no sugiere otra cosa más que la urgencia del lanzamiento de una campaña de prevención que tenga su lugar en el presupuesto de los gobiernos y en los medios de comunicación. Mejor debiera obligarse a las televisoras a difundir mensajes de prevención a la población y no publicidad gratuita de partidos para lucimiento de sus líderes. Tal parece no encuentran todavía la lógica a la sabiduría popular que dice: más vale prevenir que lamentar.
moisesmolinar@hotmail.com
Moisés MOLINA
PREVENIR O LAMENTAR
De todos sabida es, la magnitud del problema que la lucha contra la delincuencia organizada representa. Después del tema económico, el de la inseguridad es el que más preocupa a la mayoría de nuestras familias. Los nombres de los cárteles de la droga y de asociaciones delincuenciales están, como nunca, en boca de la gente. Y la sección policiaca ha robado espacio a las primeras planas de los diarios. El morbo se alimenta mientras el país se desangra. No pasa un día sin que una, se agregue a la estadística de familias enlutadas. Ni los propios “narcos” se salvan. Las disputas por las famosas “plazas” cobran víctimas de uno y otro bando, todo ello porque México, desde hace tiempo dejó de ser país de trasiego para convertirse en país de consumidores. Nunca como hoy, el rubro presupuestal destinado a la seguridad, había sido tan grande; nunca como hoy, los ciudadanos nos habíamos sentido tan inseguros. Los medios cumplen con su labor de informar de cuanto sucede, pero informan de una realidad que espanta, que genera zozobra. Sentimos que nos han quitado una parte de nuestras vidas que ahora no se sabe cómo ni cuándo recuperar. La “guerra” contra el narco inició, sin embargo, como el “quinazo” del sexenio y no hay marcha atrás. Las detenciones diarias, los operativos, los decomisos de drogas, armas y dinero mal habido son muestra de que el dinero público destinado a seguridad no es un gasto, sino una inversión, que es necesario fortalecer. El crimen está aquí y ahora y hay que combatirlo. Pero ¿se ha pensado acaso en las generaciones siguientes, en quienes están expuestos a la droga pero aún no la consumen?, ¿hemos reparado en quienes aún no pisan la escuela o todavía no han nacido? Es de llamar la atención por qué toda esta estrategia de combate al crimen no se ha hecho acompañar de una de prevención. Los costos son infinitamente inferiores y los resultados, estimo, serían óptimos para nuestros policías y soldados del futuro. Ha sido problema siempre del mexicano la inmediatez, el cortoplacismo. Cuanto hemos tenido son campañas aisladas de prevención con alcances precarios y condenadas al olvido. Pareciera solo un hueco programático que hay que cubrir, como si la niñez y la juventud no existieran o como si niños y jóvenes lo fueran por siempre. Preocupante porque quienes ahora lo son, serán los ciudadanos y gobernantes o desgraciadamente, traficantes del mañana. No hemos sido siquiera capaces de desarrollar, fuera de la Encuesta Nacional de Adicciones, estadísticas que nos den luces para saber qué, dónde y cómo prevenir. No sabemos cuántos delitos o faltas administrativas se cometen bajo el influjo de alguna droga y qué tipo de droga. Lo que tenemos son números muy generales pero reveladores: que en sólo seis años creció 50% el número de personas adictas a drogas ilegales y 30% la cifra de quienes alguna vez las han consumido. Otro dato habla de la alta disponibilidad de las drogas para los jóvenes: 43% de jóvenes de entre 12 y 25 años están expuestos a ellas. De estos la mitad llega a consumirlas de manera experimental y 13% de manera frecuente. El consumo de cocaína se multiplicó por quince en un sexenio y los jóvenes de 12 a 17 años representan la parte más vulnerable de la ampliación de los mercados de estimulantes en general. El 50% de las muertes en nuestro país están relacionadas con el consumo de algún tipo de droga, incluidas alcohol y tabaco y tenemos más de 13 millones de fumadores y seis millones de dependientes al alcohol en México. Todo lo anterior no sugiere otra cosa más que la urgencia del lanzamiento de una campaña de prevención que tenga su lugar en el presupuesto de los gobiernos y en los medios de comunicación. Mejor debiera obligarse a las televisoras a difundir mensajes de prevención a la población y no publicidad gratuita de partidos para lucimiento de sus líderes. Tal parece no encuentran todavía la lógica a la sabiduría popular que dice: más vale prevenir que lamentar.
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